lunes, junio 6

La sala de cine es una jungla y esta es su fauna.

Me gusta ir al cine. Me gusta la experiencia de sentarme en una butaca con la pantalla gigante frente a mí y el sonido envolvente. No hay mejor forma de disfrutar una película que entregarte a ella completamente en la oscuridad de una sala de cine.

Cuando yo era una jovenzuela inocente, la gente respetaba la santidad de las salas y una mala experiencia durante una sesión era la excepción. Ahora es la regla. Una fauna de irrespetuosos inaguantables puebla las butacas sin que aquellos que vamos a ver la película (¡Qué osados!) podamos hacer nada.

Entre las especies más comunes podemos encontrar al comedor de palomitas compulsivo. Palomitus Devorae. Si debemos encontrarnos con alguna, un espectador con cubo de palomitas es lo mejor que nos podría tocar. Lo difícil de convivir con ellos llega sólo al final, cuando sólo le quedan un puñado de palomitas que dedica a remover en el fondo del cubo como si estuviera preparando una poción mágica. Precaución: en algunas situaciones, esta especie concreta podría incluso dar rienda suelta a su yo más musical usando el cubo como bongo.

Dentro de la clase de los Comívoros, cada vez más frecuentemente encontramos una evolución de Palomitus Devorae llamada Envoltorius Crujientonia. Estos también comen, pero ante toda una fila de opciones han decidido que las chocolatinas con envoltorios plasticosos y patatas crujientitas son la mejor opción para comer en un ambiente silencioso.

Sin embargo, esta es una clase primitiva que se deja llevar por sus instintos innatos, mientras que los Charlópodos, son simplemente el resultado de una evolución hacia la falta de respeto. Si analizamos la proliferación las especies de esta clase en los últimos años desde un punto de vista darwiniano, llegaremos a la conclusión de que pronto podríamos tener una tierra dominada por mamarrachos maleducados. Dentro de los Charlópodos encontramos varias especies que paso a enumerar:

Histericum vulgaris: La que se ríe hasta cuando el protagonista respira con sonidos histriónicos que sólo entienden los perros. Si ciertamente hay un momento propicio para la risa, estos especímenes generalmente emitirán su sonido a destiempo. JiiiiiiiiiJiiiiiiiJiiiiii.

Raphaelis Aramisae: El más listo del lugar, que anticipa lo que va a pasar a continuación y lo comparte su inteligencia y lógica supremas con todos los que le rodean. Acaba de comprar un chicle y un clip, va a construir una bomba.

Impacientum narratum: Al contrario que el anterior, esta especie no sólo no es capaz de adivinar lo que va a suceder a continuación sino que además se muere por saberlo. ¿Qué va a pasar ahora?¿Donde va?¿Porqué hace eso?.

Paletus Sylvestris: Los que ven la película como si estuviesen en el salón de su casa o la sala estuviera vacía. Una conducta cada vez más frecuente en esta especie es la de utilizar el respaldo de tu butaca como su reposapiés personal. Es más, estudios de campo han demostrado que 8 de cada 10 veces, estos individuos contestarán al teléfono si les suena en mitad de la proyección. ¡Eh! Qué pasa, tío! Nada, aquí, en el cine.

Absurdis Cortimer: El que no se entera de nada de lo que está pasando. Estos están siempre en simbiosis con otro elemento que va explicando con detalle todo lo que ocurre en pantalla, también conocidos como Offvoice Complejum. Se conocen casos de unión entre los Absrudis Cortimer y los Raphaelis Aramisae.

Estas son sólo alguna de las especies que podemos encontrar hoy en día en nuestras salas. No son las únicas, claro. Más de uno se habrá encontrado con los padres que ignoran a sus hijos aunque estén saltando en la butaca, los abuelos que se quedan dormidos y roncan como jabalies o yo incluso me encontré alguien con madera para protagonizar Mejor Imposible que liberaba su trastorno obsesivo compulsivo leyendo TODO lo que aparecía escrito en pantalla, desde los créditos hasta los carteles de la calle. Por suerte, las salas de versión original de momento sólo albergan Gafapastus Máximus y sus comentarios tipo "¡qué bien aguanta el primer plano!".

En fin, desgraciadamente, parece que este tipo de gentuza no hace más que proliferar en las salas y nos queda una opción: mamarrachocidio.


12 comentarios:

  1. Que razon tienes..., aunque yo me encuentro dentro de los palomitus devorae, no puedo evitarlo ;-P intento molestar lo minimo.

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  2. Si, claro, es la lección que me falta a mí por aprender. Yo respeto. De hecho, aguanto a toda esta gente que no tiene ningún respeto por mí y trago sin decir nada cuando lo que debería hacer es pedirles silencio. Me alegro que a tí no te importe que haya alguien a tu lado hablando sin parar durante toda la película, sin ni siquiera intentar hacerlo en susurros. Yo voy a ver la película, no a que alguien me la cuente. Los que no respetan son ellos.

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  3. Yo he llegado a ver adolescentes haciéndose fotos con el móvil ¡¡CON FLASH!! Hay algunos que no sé por qué pagan la película (como si fuere barato), si no la ven! Desde entonces huyo cuanto puedo de los cines del centro de la ciudad, siempre llenos de esta "fauna" que bien has descrito, tengo suerte que al Kinépolis casi que solo se puede llegar con coche y se nota eh (aunque siempre puedes tener mala suerte).

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  4. Yo por esas cosas, prefiero ver las películas en VOS a poder ser, la gente suele molestar menos o nada xD

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  5. No, Ramón, da igual que lleguen media hora tarde y pasen por delante de todo el mundo bloqueando la vista y encima se pongan a hablar para entender lo que se han perdido. No. Tienes que respetarles.

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  6. Pero Pero, siempre se ha comido en los cines, antes de que yo naciese ya se comía en los cines, mi padre siempre me ha hablado de que la gente comía pipas en los cines fuese al aire libre o no, comer palomitas debería ser algo que va en el paquete "Ir al cine" como lidiar con niños va en el paquete "ir a la piscina de la comunidad" por ejemplo.
    En el resto de cosas estoy de acuerdo contigo pero en lo de comer palomitas no... si me hablas de comer telepizza o nachos ya ahi coincidimos, una cosa es picar y otra ir a cenar ya en la sala.

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  7. El tema comida es complicado. Yo también soy palomitus devorae, pero si se me ocurre que me apetecen unas patatas intento que me den un cubo de palomitas para no estar haciendo ruido con la bolsa de plástico.
    Lo que no soporto es a los charlópodos sin sentido. Que una cosa es comentar una escena concreta y otra cosa es ponerse a hablar de lo mucho que te gustan los pantalones de Bershka.

    Deberían poner a alguien en los cines que mantenga el orden. Duele mucho pagar ese pastonazo para que un mamarracho te estropee la película.

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  8. Si a mi no me importa que la gente coma palomitaas o lo que sea, realmete lo que digo que me molesta en el artículo es cuando se ponem a juguetear con la comida o a hacer ruido con los envoltorios sin tener ningún tipo de cuidado.

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  9. Creo que te has dejado una especie: las abuelas que van con las amigas a la hora del café y se dedican a contarse los chismes de la Paquita o la Juanita a voz en grito... Fauna muy extendida en los cines que hacen descuento apra jubilados...

    Yo, por mi parte, ya solo voy al cine en VOSE, y no por gafapasta, sino porque allí, aunque solo sea porque tienen que leer a la vez que ven la peli (lo que parece ser muy complicado para el 99% de la población) y no tienen tiempo para molestar a las demás personas de la sala.

    Un saludo,

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  10. Yo a la tercera edad en el cine les cogí bastante manía cuando hace años trabajé en el Kinépolis. Coincidió con la época del año en la que hacen lo del cine por 2 euros los martes para mayores... Aissssss, paciencia infinita. Y mira que no son todos eh?, que la mayoría son majos, simpáticos, entrañables y educados.. pero hay algunos que empañan la imagen de los demás.

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  11. Hola.
    Quizá te ha faltado un especimen muy raro pero que aún existe.El Allens Catedratis.Aquel que ante una gracia de una película de Allen se gira al patio de butacas como diciendo."Yo lo entendí!!"

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  12. Menos mal, creía que yo era un bicho raro porque me molestan l@s palomiteros. Me gusta lo que escribes, felicidades por el premio Podscat Femenino.

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