jueves, julio 7

Cuando lo decente se convierte en lo excepcional

Las secciones nacionales de cualquier diario español están inundadas con políticos corruptos y electos, ladrones con presunción de inocencia, ministras que defienden tasas ilegales, una oposición anclada en la descalificación que no ofrece alternativas o un tardío y desinformado relato de movimientos de ciudadanos indignados.

Ilustración por Pawel Kuczynski

Sin embargo, es a nivel personal, a nivel de calle, cuando una pierde toda fe en el carácter de los españoles. Generalizar es polémico pero pone sobre la mesa ciertas verdades y una de ellas es la extendida ausencia de civismo y moralidad de nuestra sociedad. Algunos dirán divertidos que es picaresca. Yo digo que es sinvergonzonería.

Esta mañana escuchaba en la radio los testimonios de varias mujeres que viven una realidad que he conocido de primera mano gracias a Mira, una madre de familia búlgara que ayudaba con las tareas de la casa años ha en casa de mis padres. Mira, cuyo verdadero nombre era tan impronunciable que improvisamos un diminutivo, era trabajadora y cariñosa. Vino a España junto a su marido, que tiene un ojo único para los cuidados del jardín, y dos hijas en busca de una vida mejor y estaba dispuesta a darlo todo por conseguirlo. Mi señor padre hizo todos los trámites necesarios para que tuviera sus papeles en regla, su seguridad social y demás burocracia que es obligación y, lo más olvidado, derecho de todos.

Mira es una persona muy agradecida. Por aquel entonces yo pensaba que hasta demasiado. Años más tarde de dejar de trabajar para nosotros, seguía visitándonos constantemente con entusiasmo, regalos y hasta lágrimas. ¿Por qué? Ser una empleada del hogar en este país es una lotería. Por una parte están las familias normales que tratan a estas mujeres como merecen pero la gran mayoría pertenece a ese sector que dicen “la chica que tenemos en casa” cuando quieren decir “la esclava que me he agenciado”.

Internas con un sueldo de quinientos euros que libran la tarde del domingo y viven con el terror de caer enfermas y ser despedidas, madres con unos hijos que requieren atenciones inesperadas que se ven a sí mismas rogando a sus jefes que le den dos horas para ir al médico, inmigrantes que piden educadamente firmar un contrato con unas condiciones dignas mínimas y se encuentran con la puerta en las narices... Lo que nosotros veíamos como lógico y normal, Mira lo sentía como una suerte que algunas amigas suyas no habían tenido.

Cuando lo decente se convierte en lo excepcional, los bares se abarrotan de ciudadanos a los que se les llena la boca hablando del paro, de las hipotecas y de las inadmisibles condiciones laborales mientras tienen alguien en casa que limpia, cocina, cría a los hijos e incluso se encarga de servir en cenas de amigos, con horarios inhumanos, por unas cantidades ridículas, beneficios fiscales nulos y, a veces, un trato frío.

Ya no se trata de no querer pagar un precio razonable por un servicio cuando hay alternativa gratis, de dejar salir antes de entrar, recoger las cacas del perro o conseguir una afamada beca por contactos y no por logros, ni siquiera de la desviación de fondos o la corrupción política; al final del día todo recae en quién somos como personas y como ciudadanos. No podemos sentarnos a esperar una sociedad mejor si nosotros no somos capaces de gobernar con decencia, dignidad y sentido común nuestra propia vida y cómo nos relacionamos con los demás.

Por cierto, Mira está estupendamente. Tras muchos años de trabajar duro en varias casas y jardines, por fin ha podido cumplir el sueño de abrir un negocio familiar y regentan una pequeña casita rural en Burgos.

3 comentarios:

  1. Yo aún recuerdo cuando mi madre tenía a una señora que le ayudaba a limpiar la casa y sus amigas le decían directamente que era tonta porque ellas habían cogido a una sudamericana que no se quejaba, no le hacían contrato y le pagaban menos de la mitad... y estaban orgullosas de decir eso.
    Un amigo, con un empresa de montajes eléctricos me decía el otro día que él no cobraba casi nunca el IVA porque no tenía por qué pagar impuestos. En la misma conversación se quejaba de que no hubiera más autovías, de que quisieran cobrar por la Sanidad o por la Educación... ¿De dónde se cree la gente que sale el dinero para pagar todo lo que tiene gratis?
    Solo son dos ejemplos a añadir, pero me saldrían muchos más...
    Un saludo,

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  2. Gracias por tu comentario :) Hace tiemo que ando desencantada con la gente. Además, cuanto más viajas, más notas diferencias con otros lugares, y la comparación generalmente no es buena...

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  3. Buen diágnostico. La corrupción en la política es preocupante, pero lo es más la corrupción en la sociedad.

    Los casos de explotación a los semejantes son los más sangrantes, pero hay ejemplos de otros detalles a mogollón. Para mucha gente el encontrarte algo de otra persona y quedárselo en lugar de esforzarse por tratar de encontrar el dueño es tener suerte y no cometer un hurto. Alucinante en un foro un tío quejándose de que se había encontrado un móvil y el dueño había denunciado el robo con el IMEI y no podía usarlo; con todo el morro pedía consejo y decía que si el tío hubiera tenido la mitad de cuidado en no perderlo que en anotar el IMEI...

    Así mismo hay gente hace todo tipo de triquiñuelas, como no casarse para recibir subvención por madre soltera. Luego que el sistema del bienestar y de protección social se nos va a la mierda.

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