miércoles, abril 27

Lo que necesita el libro electrónico.

Hay una canción donde Joaquín Sabina enumera esas cosas que no deberíamos hacer si queremos vivir 100 años. Tener un lector de libros electrónicos, e intentar usarlo, es una de esas cosas.

Hace un año, la Federación de Editores afirmaba que, en 2009, la industria del libro había perdido 150 millones de euros por culpa de la piratería. No voy a entrar en lo ridícula que es de esa cifra, sobretodo para la fecha, pero quiero quedarme con el dato para preguntar lo siguiente: ¿Cuántos libros habría tenido que descargar cuánta gente para llegar a esa cantidad de pérdidas? Con este volumen de interés, ¿cómo se explica la actitud impasible de la industria editorial?

Al contrario de lo que piensan algunos, Internet es el presente y el libro electrónico ha llegado para quedarse. Hace un par de años todavía era cosa de unos cuantos early adopters, pero ya no. El estudio de la Federación de Editores de este año asigna al libro digital el 3% de la facturación de 2010. Como no puedo apoyar mis dudas con este dato con números, me limito a contaros mi experiencia personal. Este pasado enero, quise comprarle a un amigo un Sony Reader y no pude: no sólo se habían agotado, sino que desde Sony se disculpaban porque ni siquiera tenían ya piezas para una pronta remesa. La prueba de esto la vivo yo cada vez que subo al metro de Madrid, donde por cada dos o tres libros tradicionales, veo uno electrónico.

Entonces me da por pensar de dónde saca toda esa gente sus libros digitales. Seamos sinceros, descargarse un libro no es fácil: tiene que estar bien formateado, tiene que ser compatible con tu lector, lo suyo es que no sea una traducción cutre de las muchas que se encuentran por la red… y no quiero que suene a que hay que ser doctorado en descarga y optimización de libros digitales con especialización en el buen uso del Calibre, pero lo que está claro es que no hay un librosyonkis y los conocimientos a nivel de usuario no son suficientes.

Y aquí entran las librerías, tiendas que, como la FNAC o La Casa del Libro, ofrecen libros en formato electrónico a precios que generalmente superan el de una edición impresa de bolsillo. ¿Estamos locos?. Pues, o lo estamos, o somos unos mamarrachos... ¿por qué iban a bajar las librerías el precio cuando hay un lector desinformado o inexperto que paga 16€ por el ePub de una novedad? Está claro que lo que les importa en estos momentos a las editoriales es hacer caja, no lectores, y el usuario no hace más que fomentarlo pagando por libros libres de derechos que se pueden descargar gratuitamente en bibliotecas online o que, en muchas ocasiones, están incluídos en la biblioteca que viene con el lector.

A los editores se les llena la boca en su informe con datos de proyectos de digitalización, de aumento de porcentajes de mercado y catálogo, de rebaja de precios y, en general, de planes para revolucionar la industria del libro electrónico en los próximos dos años. Afirman ser conscientes de que el cambio se está produciendo y quieren estar a la altura, pero luego salen con cosas como no tienen prisa ni sienten la presión de experiencias anteriores porque lectores son más fieles al soporte físico que, por ejemplo, en la música.

Es el eterno “Es que no es lo mismo el tacto de un libro, pasar las hojas, el olor …”. Pamplinas. Mi experiencia me dice, y seguro que muchos poseedores de eReader me lo corroboran, que la mayoría de estas afirmaciones nacen de la desinformación y el desconocimiento. Y aquí es donde más ha fallado la industria editorial. Desde la aparición del Kindle y la proliferación del libro electrónico internacionalmente, la actitud española ha sido considerarlo una amenaza hasta que no les ha quedado más remedio y han tomado medidas como la fantástica Libranda, un gran ejemplo de proyecto creado para fracasar y generar argumentos en contra de la piratería mientras consigue convertir la experiencia de comprar un ebook un infierno.

Necesitábamos una industria dispuesta a informar y formar al lector antes de que él se autoenseñe a descargarlos gratuítamente. Que enseñara la verdadera experiencia de leer tinta electrónica, que hablase de las facilidades que ofrece a la hora de leer material en otro idioma gracias a los diccionarios integrados o a la hora de tomar notas en los documentos sin dañarlos, las ventajas en comodidad y espacio, la inmediatez, la versatilidad que ofrece un aparato de lectura con acceso a la red…. Necesitábamos una industria dispuesta a dejar el cortoplacismo a un lado para priorizar la captación de tres lectores que pagasen 5€ por una obra en lugar de conformarse con uno que haga caja por los tres. Era necesaria una industria cuidadosa con los detalles, dispuesta a ofrecer calidad, porque el precio no lo es todo. Necesitábamos una industria orgullosa de invertir en el largo plazo financiando la distribución de eReaders en las bibliotecas públicas. Y lo seguimos necesitando.

Pero, como bien decía Sabina en su canción, sólo nos queda una solución: ir a la farmacia a preguntar si tienen pastillas para no soñar.


5 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo.
    Y añado: Cuando dentro de unos meses se abra la beta de "24symbols", el Spotify de los libros, que, además curiosamente, está creado por españoles, la revolución va a ser mayor.
    Miles de libros gratuitos a cambio de leer un poco de publicidad cada X páginas. Si no destruyen el proyecto, o cambian o las editoriales caerán.

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  2. Simplemente, amén. Y eso que no tengo un libro electrónico, porque probé uno que me dejaron y no terminé de encontrarme cómodo con él entre las manos.
    Posiblemente manías personales, pero eso no justifica los precios abusivos de un libro electrónico.

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  3. Estoy de acuerdo con todo lo que dices, aunque a estas alturas no creo que decir que no existe un "seriesyonkis" para libros sea del todo exacto. Cada vez hay más sitios donde encontrar amplios catálogos de libros con calidad comercial (interprétese como se quiera), con el DRM machacado y disponibles directamente en los formatos más frecuentes (epub, mobi o fb2). Eso en castellano, en inglés ya ni os digo. En otras lenguas (como mi catalán), la cosa está más jodida (o no, según a quien le preguntes).

    En cuanto a precio y modelos de negocio, no hay duda de que el mercado anglosajón va muy por delante del español. No ya por la propia amazon o B&N, que suelen ofrecer precios competitivos, sino por pequeñas editoriales como angryrobots o weightless books que ofrecen libros desprovistos de drm a poco más del precio de un desayuno. Y esas son las que conozco y he usado, seguro que hay más.

    A mi nunca me ha importado pagar por los libros (que se lo pregunten a mi mujer...), pero que me timen no. Normalmente acabo comprando los ebooks en la kindle store de amazon y cargándome el drm para meterlos en mi papyre. No es que sea una solución óptima pero la verdad es que no es más difícil que comprar a través de las tiendas vinculadas a libranda. Lo que está claro es que lo más sencillo técnicamente para el usuario suele ser echar mano de un libro en uno de los mejores sitios "pirata", y que la industria editorial se ha de poner las pilas. Mi curiosidad es ver que pasa cuando desembarque Amazon en España... aunque no creo que la ley española les deje ser excesivamente competitivos, que sería lo deseable.

    Me siguen encantando los libros en papel, pero para que según que novedades ni me lo planteo. Para mi y otra gente obsesiva como yo saber que el 12 de Julio saldrá el libro de George RR Martin en la Kindle Store y que automáticamente (si lo reservas como yo) aparecerá en mi ordenador y podré empezar a leerlo no tiene precio (bueno, precio sí tiene, pero mola...).

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  4. Bastian, a ver que tal el proyecto "24Symbols", me da rabia porque no estuve rápida para obtener una beta, pero por lo que he leído, la gente que lo ha probado no está muy convencida de lo que han visto :(. Yo sigo teniendo fe.

    Hesasir, yo soy la primera que en su día no estaba muy abierta al tema de los ebooks, pero en cuanto los usas un par de veces, y aprendes lo que ofrecen, ya no lo puedes dejar :P

    Miquel, lo de que no hay un "librosyonkis" era una forma de hablar. Hay bastantes páginas para descargar libros, pero ninguna es como seriesyonkis. Y con esto me refiero a que a mí me ha pasado de recomendar una serie y recibir como respuesta un "Uf, es que la he buscado y no está en seriesyonkis". Pues aquí es igual. De libros en castellano (lo que llaman español de españa) hay algunas webs pequeñas y otras medianas, cada una con su catálogo, generalmente especializadas en un ebook en concreto por lo que sólo ofrecen ese formato y pdf, como mucho. Hay foros enteros dedicados a enseñar al usuario a modificar el código para añadir capítulos o para quitar DRM. No es sencillo descargarse un libro actualmente. Al menos no tan sencillo como obtener otras obras de entretenimiento.

    Y añadiré que yo creo que el libro no va a desaparecer y que si la industria editorial no hubiera sido tan miedica, se habrían asegurado de ello buscando un modelo que sostenga ambos formatos. Eso sí, aunque me gusta un libro como al que más, yo soy de la opinión de que deben desaparecer. Existiendo la tinta electrónica, que se lee igual que tinta impresa, no tiene sentido seguir talando árboles :P

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  5. En mi caso particular, me compré un ebook (mentira, me lo regalaron) porque mi espalda y mis bolsos estaban ya pidiéndolo a gritos.

    Yo no quería... pero me obligaron. Jeje... No, ahora en serio: no me hacía gracia, porque sabía que acabaría descargando y no comprando, pero es lo que hay.

    Aún soy de las románticas que compran según qué libros en papel, aunque también me baje la versión electrónica. Los que más me gustan, los que pertenecen a sagas de los que tengo los demás volúmenes. Vamos, cada uno sabe sus cosas.

    Pero lo que sí es incomprensible es que cuesten más los no físicos que los físicos. Naturalmente, y ya aunque sólo sea porque no quiero que me tomen el pelo, echo mano de Google:

    "Las Aventuras de Menganito epub".

    Así hasta que nos corten el grifo. Luego ya pensaremos alternativas...

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